Les comparto una reflexión.

Una de las cosas en las que el principiante y el experto se parecen, radica en que ambos conocen la meta.

Por otro lado, una de las importantes diferencias entre el principiante y el experto, radica en que el experto no solo sabe cual es la meta, sino que ya la ha alcanzado o está cerca de ello. Y lo que es más importante, ha aprendido lo que no se debe hacer, a través del aprendizaje a través de los errores (aparentes fracasos).

Les animo por ello a escuchar las lecciones aprendidas que nos transmiten quienes tienen más experiencia que nosotros en cualquier campo concreto, porque ellos ya han recorrido el sendero y saben donde se encuentran los obstaculos.

Si nos dan esas lecciones, es precisamente porque no quieren que tropecemos y caigamos. Quizás después veamos que no son aplicables a nuestro caso, pero siempre merece la pena escucharlas. En el futuro puede que nos sean de gran utilidad, o puede que nos inspiren a pensar en cosas que no habíamos reparado, etc. Pero no es buena idea rechazar de partida una lección aprendida de alguien que ya ha recorrido el camino por el que queremos ir.

Les animo a admirar y respetar la experiencia de otras personas, y a dar gracias de corazón por cualquier consejo que nos puedan dar desde su experiencia, porque de una forma u otra, nos será de ayuda.

Afectuosamente,

Dr. Félix Torán

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